El fuerte impacto de zonas costeras como España en los fondos marinos, requiere una reacción inmediata
Algunos expertos en el campo de la biología marina, han situado a España como un auténtico depredador en el panorama europeo. Sin embargo, es posible que la supresión de subsidios solucione un poco el panorama ya que tanto la destrucción de los fondos marinos está siendo atajada por los gobiernos y cada vez estamos más concienciados contra estas prácticas, así como con la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, todavía queda un largo camino que recorrer. España, al estar rodeada de agua marina prácticamente en su totalidad, ha sido históricamente una de las zonas que más ha explotado la industria pesquera y zonas como Galicia han causado un impacto bastante importante con el paso del tiempo.
Distintos profesionales en el mundo de la biología marina han puesto de manifiesto muchas razones que secundan una decaída alarmante de la biomasa de peces en todo el planeta. Los estudios y las investigaciones han demostrado una explotación de los recursos, especialmente entre las décadas comprendidas entre 1970 y 1990, donde se practicaba la pesca intensiva y tuvo un impacto severo en el planeta.
Una de las principales consecuencias que ha generado la extenuación de los fondos marinos a base de pesca irresponsable es que han aflorado una cantidad mayor de crustáceos en las costas. De momento, esto no es una mala noticia para la industria gastronómica y, de no llevar a cabo una campaña de concienciación importante y efectiva, el volumen de crustáceos también decaería abriendo paso a una futura abundancia de medusas en las costas.
Otro gran enemigo del cuidado oceánico ha sido la expansión de zonas, ya que los países pesqueros como España han tomado como solución a las campañas de recuperación y preservación de recursos desplazarse a otros lugares en lugar de reducir el volumen de acción. Otros países como Estados Unidos, sorprendentemente, han intentado tomar cierta responsabilidad en el asunto y retirar la explotación de zonas ajenas para crear una población pesquera propia.
La migración de las zonas pesqueras, una falsa solución
Frente a esta explotación constante, se ha visto una reacción clara, en unas zonas más que en otras, pero los expertos prevén un colapso que simplemente se está postergando. Hoy en día el deterioro es lento, pero todavía se produce sin un descanso para que se regenere la biomasa marina. En las zonas donde se deja de pescar, simplemente se compra producto a otros países. Es una situación muy similar al cambio climático. Se produce de forma constante pero muy lentamente, parece que no urge la toma de conciencia, pero algún día será demasiado tarde.
Por otro lado, las partes responsables suelen echar balones fuera, culpando al calentamiento global de la crisis pesquera y la falta de la población de peces en el mundo. Esto no es del todo mentira, pero no quita que se siga sobreexplotando a base de pesca incontrolada.
Es curioso que, en todo el mundo, como reacción a las protestas que empujaban a las pesquerías a reducir su impacto, se hayan desplazado unos 10 km al año en la misma dirección. Hoy en día en España se explotan los peces que hace un tiempo estaban en Marruecos, en zonas de Inglaterra, los que antes tenían en España o en Canadá, por ejemplo, lo que hubo en México hace un tiempo. Esto todavía no ha generado conflictos internacionales, pero se comienzan a observar incomodidades que también podrían derivar en algo peor.
Reacciones contra esta situación
Un organismo que está tomando cartas en el asunto últimamente es la Organización Mundial del Comercio, que pretende desbaratar los subsidios pesqueros. Esta medida disolvería algunas de las flotas más notorias y perjudiciales que usan como punto de acción aguas distantes. Esta modalidad de pesca es muy turbia ya que no simplemente se dedican al aprovechamiento de aguas oceánicas, sino que también explotan personas, trabajadores bajo condiciones infrahumanas, en barcos no homologados. Son planes de acción que pretenden abaratar costes para así luego sacar la máxima rentabilidad posible.
En zonas donde el pescado es más barato de lo normal, se debe muy a menudo a condiciones abusivas y peligrosas y prácticas conflictivas. El pescado es un producto que debería ser consumido a modo de privilegio, mientras que la mayoría de países ricos trafican con cantidades de pescado y marisco desmesuradas para que, quien pueda permitírselo, consuma estos productos cuando le venga bien.
Sin embargo, todavía existen piratas y países que se posicionan en contra de estas medidas como pueden ser algunos sectores de España, en territorio europeo o China, como gran representante en contra de estas medidas a nivel mundial.
Otra organización que está tratando de luchar contra la situación es la FAO (Food and Agriculture Organization), que mantiene que el problema no reside tanto en la sobreexplotación de recursos como la propia imagen que genera, especialmente en territorio español. Esta perspectiva genera una mala toma de decisiones en esta práctica, pero la lucha de estas organizaciones sumada a la generación de nuevos organismos de concienciación y estudios de investigadores influyentes, probablemente estén llevando esta situación, poco a poco, a buen puerto.